Yucatán

La mejor época para visitarla es de noviembre a marzo, cuando el tiempo es más fresco e ideal para explorar yacimientos arqueológicos, cenotes y ciudades coloniales. De abril a junio hace más calor, y de julio a octubre llueve y hay humedad, pero los paisajes son exuberantes.

No se pierda Chichén Itzá (una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo), la ciudad colonial de Mérida y el colorido pueblo de Izamal. Visite cenotes como Suytun o X'kekén, explore las ruinas de Uxmal y Ek' Balam, y relájese en las lagunas rosadas de Las Coloradas o en el santuario de flamencos de Celestún.

De cuatro a seis días le permitirán explorar Mérida, visitar las ruinas más importantes, bañarse en varios cenotes y hacer pequeñas excursiones a reservas naturales o pueblos costeros. Amplíe su estancia si desea profundizar en la cultura y la gastronomía de la región.

Sí, Yucatán está considerado uno de los estados más seguros de México. Mérida, su capital, suele figurar entre las ciudades más seguras de Latinoamérica. Tome las precauciones habituales, pero los visitantes suelen sentirse cómodos y bienvenidos.

Yucatán es conocido por su bien conservado patrimonio maya, sus cenotes, su cocina tradicional, su arquitectura colonial y sus reservas naturales. El estado también es famoso por su cultura y su lengua, ya que muchos de sus habitantes hablan maya yucateco.

Explorará antiguas pirámides, nadará en cenotes de aguas cristalinas, paseará por ciudades históricas, asistirá a festivales culturales y degustará platos locales únicos. Es un lugar de calma y curiosidad, ideal tanto para los amantes de la cultura como de la naturaleza.

Lleve ropa ligera y transpirable, bañador, calzado resistente para caminar o sandalias, crema solar biodegradable (sobre todo para los cenotes), repelente de insectos y sombrero. Un chubasquero ligero es útil si se visita durante la estación húmeda.

La cocina yucateca es rica y distinta. Entre los platos imprescindibles están la cochinita pibil, los panuchos, los salbutes, la sopa de lima y el poc chuc. No se pierda las marquesitas (crujientes crepes rellenas) que venden en los mercados nocturnos, y la horchata o el agua de chaya para refrescarse.

Sí, muchas comunidades conservan tradiciones mayas, como la vestimenta, la lengua y las creencias. Respete los cenotes sagrados y los yacimientos arqueológicos, e intente aprender algunas frases en español o incluso en maya. Los lugareños están orgullosos de su herencia y encantados de compartirla.

A diferencia de la Riviera Maya, más comercial, Yucatán ofrece una experiencia más tranquila y cultural. No se trata tanto de playas como de cenotes, ruinas y tradiciones muy arraigadas, y ofrece un México más pausado y rico.